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miércoles, 16 de junio de 2010

JOSE JUSTO ALVAREZ ALCALDE DE CASTILLO, ENTREVISTA


-¿Qué destacaría de esta edición de la fiesta de la cereza?
-Pues como todas las cosas que suceden ahora en España, la crisis. En consonancia con eso, hemos procurado ahorrar lo que hemos podido para que se pueda mantener la fiesta.
-¿Cómo ha sido la producción de esta temporada?
-Este año no ha sido mala, si bien es verdad que la calidad ha sido un poco más baja, ha llovido mucho y ha sido favorable y entonces se puede considerar un buen año.
-¿Qué precios ha alcanzado la cereza?
-Los precios empezaron bien y han acabado mal, como todos los años. Las primeras cerezas, es verdad, que se han pagado considerablemente bien, teniendo en cuenta que la cereza temprana tiene una gran calidad aquí en Castillo de Locubín, entonces tiene un buen mercado, pero ya hay bastante producción a nivel nacional, pues los precios de la cereza fresca, enseguida, bajan y se reducen a un límite mínimo. Luego se puede ir compensando con los precios de la cereza industrial que este año también ha bajado.
-¿A qué países llega la cereza castillera?
-Pues aquí tenemos la suerte de que la comercializadora Hermanos Castillo se ha especializado mucho en cereza industrial, en su doble versión para la fabricación de mermelada y para el consumo como cereza cherry o cereza en azúcar, pues este año es la primera comercializadora española en este producto, porque la había en primer lugar ha sufrido bastante reveses económicos, y prácticamente ha cerrado. Esta cereza industrial llega, fundamentalmente a Francia y Alemania, son los principales consumidores y la cereza fresca, me consta que este año ha llegado hasta Finlandia, a través de camión frigorífico.
-¿Cuánta gente se implica en la recogida de cereza?
-Esta es la típica recolección familiar, en el sentido en que toda la familia se implica, porque los precios no dan para tener una gran industria en cuanto a producción, pero si es verdad que está produciendo unos ingresos atípicos, totalmente fuera de la contabilidad familiar y en ese sentido casi todas las familias tienen algo que recolectar, se ayudan unos a los otros y es verdad que aunque no sean los precios más adecuados, pues como las familias al final no hacen cuentas, pues es una alternativa rentable ir a coger cerezas a las seis de la mañana y no estarse acostado. Así, al final del día cada miembro de la familia gana de 30 a 50 euros. Pues esto viene enormemente bien para la familia y se agradece mucho.
-¿Qué significa el cultivo de la cereza para Castillo de Locubín?
-Pues, yo siempre lo digo, porque viví la historia de la cereza a través de mi padre, que junto con otros pioneros, fueron los que se calentaron la cabeza para tratar de sacar un tiempo entre las labores de la aceituna y de la huerta. Así entró el cerezo, en un tiempo en que no había muchas actividad agrícola. Estas personas trajeron las primeras especialidades de cereza de gran calidad y lo extendieron y comercializaron la cereza por su cuenta, cogiendo sus propios autos y llevando cerezas a las plazas, como Córdoba o Granada. Es decir que introdujeron una comercialización directa, de tal manera que a los pocos años había muchas más personas distribuyendo la cereza fresca con furgonetas en los mercados. De ahí nacieron las cooperativas y la comercialización. Por eso, la cereza representa el espíritu innovador y las personas que tenían una inquietud se buscaron la vida y encontraron en la cereza un fruto en que basar su existencia en estos meses de poco trabajo. Probablemente la Consejería de Agricultura no hubiera dejado entrar ahora el cultivo de cereza porque algún listillo habría pensado en que era malo para el medio ambiente y habría que pedir cien permisos para plantar cerezas en medio del olivar. O algún listillo hubiera dicho que eso era peligroso y quizás no se hubiera podido hacer. Estoy a favor de ese espíritu innovador y de la administración que de ala a la gente en vez de ponerle plomo en los pies que se mueven.
-¿Cómo se ha desarrollado esta legislatura?
-Pues ya estamos casi al final, siempre hay que volver a lo mismo. La situación financiera de los ayuntamientos es penosa, porque la base de financiación que tenemos, la participación en los impuestos del Estado ha caído gravemente y las familias están mal y el sistema impositivo tiene problemas de impagos, con situaciones graves donde la gente se revela, y entiendo que con razón, en contra de impuestos. De tal manera que la financiación de los ayuntamientos está bastante mal. A esto hay que añadir que los proyectos financiados por la Junta estamos teniendo muchos problemas, en cuanto a reunir documentación que cada dia es más complicado con financiación foránea porque hay que adecuarse a un bosque de normativas y siempre falta algún documento y al final siempre queda un 10 o 20% de inversiones sin cobrar y eso añade un problema más a nuestra vida. Aquí no puedo decir que estamos al margen de la crisis porque no es verdad, pero considero que en otros pueblos, si eso es un consuelo, están bastante peor. Porque el boom inmobiliario por suerte no nos ha llegado.
En esta legislatura lo que siempre recordaré son las situaciones familiares graves y muy graves que he tenido que escuchar, con la impotencia de saber que una administración como la local ni tiene herramientas ni tiene capacidad para solucionar estos problemas. Y cuando hablo con mi mujer o con alguien se lo refiero y es que acabo el día, a pesar de no ser una persona depresiva, mal en ese sentido, porque hay que tener un corazón de piedra para resistir la presión de determinadas familias que lo están pasando muy mal.

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