Este otoño me lo encontré el otro día cuando volvía de hacer fotos de la feria. Me dí de bruces con él, aunque no ha traído, aún ni lluvia ni viento ni se han ido cayendo hojas. Pero si miedo, está lleno de recortes, de inseguridades, de peligros o de flash que abundan en mi mente. De presagios de gentes de la bolsa que inundan a mis vecinos de cosas que no comprenden.
Este otoño volverá a traer uvas y el mosto efervescente se convertirá, en unos meses, en vino. Volveré a recorrer mis pensamientos y desterraré los malos, pero la muerte acecha a cada instante y un mosquito te puede dar un pinchazo y traerte cualquier cosa.
Pero alegrémonos porque seguimos vivos, podemos seguir disfrutando de las hojas muertas, del viento de cara, de una caricia, de tus labios rojos. En fin, otra de otoño, está servida para los próximos tres meses.
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