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miércoles, 1 de agosto de 2012

EL MILAGRO DE LAS HORTALIZAS

Llevar un tomate o un pimiento a la mesa parece que no tiene importancia, pero detrás hay  todo un mundo de sueños, horas de trabajo, mimos, riegos y cantidad de cuidados. Francisco ‘El de la Enriquetilla’ está cada mañana en su hortaliza en la villa de Frailes, mira los surcos de su huerta, escudriña hasta el último terrón de tierra, trepa por las acequías, acaricia los primeros tomates que salen, pero antes lleva meses trabajando en su hortaliza. Preparó la tierra, seleccionó la semilla y las plantas, buscó el estiércol, habló con otros vecinos y plantó sus pepinos, tomates, pimientos, habicholillas, berenjenas, incluso algún que otro melón o sandía. En estos días están saliendo algunos de sus frutos. Los primeros tomates ‘arrebolaos’, los primeros pimientos bien verdes son como perlas que salen del mar, brillantes, con ese colorido único y el olor que se mete en el cuerpo.
Moisés Arenas se empeñó en sembrar tomates y pimientos en el pequeño huerto familiar de la calle Oteros en Alcalá la Real, había visto como su padre, Pedro, los plantaba algún año. Este año quiso hacer el experimento y en un pequeño trozo del huerto sembró las plantas de tomates, pimientos, calabacines y berenjenas. Los plantas de tomates salieron ‘apelotonadas’ pero ahí están, llenas de frutos aún verdes, y con un poco de cuidado habrá tomates para muchas ensaladas. Eso si, con la ayuda de Hugo, su pequeño hijo de 4 años, que le está gustando esto y cada mañana experimenta el milagro y la transformación de todas estas plantas.
Manuel Ruiz Löpez, el Sereno, va a cumplir el 23 de agosto 88 años, y en su gran huerta de la calle Santa Lucia de Frailes, lleva muchos años obrando el milagro de transformar las pequeñas semillas y plantas en verdes pimientos, rojos tomates, negras berenjenas e incluso uvas y ciruelas. Sigue obrando el viejo y antiguo milagro de cada año y comparte con la gente que llega a su casa, el sabor de estos frutos que están hechos para los paladares más exigentes. Nada que ver con las hortalizas de Almería o las que se venden en cualquier mercado alcalaíno o frailero. Son hortalizas de pata negra, únicas, irrepetibles y con una marca especial.
Francisco, Moisés y Manuel son un ejemplo de estas gentes sencillas que pueblan la Sierra Sur de Jaén, que cultivan tomates de la especialidad ‘huevo de toro’ o cualquier verdura en sus ratos de ocio y con la llegada del calor los frutos van saliendo de la tierra. Estos hombres han vuelto a obrar el milagro de la transformación, han vuelto a crear estos productos sencillos para que podamos saborearlos cualquier día en la mesa de nuestras casas. Un remojón, compuesto de tomates, cebolla, pimiento, un poco de sal, varios chorreones de aceite sigue siendo una bendición para los sentidos.

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