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martes, 7 de mayo de 2013

MI ANTIGUO Y PEQUEÑO BARRIO

Nací en esa casa que hay en la foto y que tapa un poco el árbol, en Frailes, en el barrio del Corral, en una casa por la que entraba el viento en invierno y el sol en el verano, es decir que solo tenía unos póstigos de madera y no había cristales en aquellos tiempos del cuplé. Recuerdo una calle terriza, sin cemento y que cuando llovía, había barro por todos lados. No había agua en las casas y había que ir por ella hasta la fuente de la plaza del Rector Mudarra, con cántaros que llenabámos en el caño y que más de una vez lo rompí porque pesaba mucho.
Allí, estaba Virtudes y su hijo Rafalillo, una mujer buena que me dejaba colocarme en su mesa camilla hasta que llegaba mi madre de la tienda de la calle Tejar. También estaba la Fea y su familia, con sus hijos, Felipe, Moisés, Mercedes, Manuela, María y Encarnita y la familia de la Pancha, que tenía niños muy pequeños. También estaba Margarita y su marido que eran muy viejecito, la Gregoria y la Dolores y la Frasquita.
Hoy he vuelto a recorrer mi pequeño y antiguo barrio y ahora hay otras personas. Está Enrique Pepino y su mujer porque sus hijos se casaron y se fueron, pero el barrio se ha transformado, tiene una belleza humilde, adornado con pequeñas macetas y flores que le dan un toque especial y de una gran sensibilidad.
Ayer y hoy, hoy y ayer, el barrio ha cambiado y cuando pequeño lo recorría para llegar a las huertas y a la plaza del Deán Mudarra, allí jugaba con Belmontes, con Pepe, con Miguelín y formabámos toda una pandilla en lo bueno y en lo malo.

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