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sábado, 3 de septiembre de 2016

DE LA ANTÁRTIDA A FRAILES


El periodista y escritor argentino Federico Bianchini parece una persona asentada y a pesar de su juventud tiene muchas cosas claras. Durante estos últimos días ha llegado a la comarca desde Buenos Aires y está conociendo muchos aspectos de la Sierra Sur, con visitas a la aldea de Ribera Baja, Alcalá la Real, Frailes y conociendo a mucha gente de aquí.  Bianchini vive en Buenos Aires, es subeditor de la revista Anfibia y ha sido ganador del premio Don Quijote de Periodismo que se entrega al trabajo mejor escrito en lengua española.
Dice que se enteró del proyecto de la beca de Michael Jacobs por Internet y que conocía al anterior ganador Alex Ayala, en un taller de la Fundación García Márquez y cuando se enteró de la convocatoria, pensó que era un buen impulso para escribir el libro sobre la Antártida. Fue a la Antártida en febrero de 2014 y allí durante un mes y cuando volvió, le propusieron ir a cubrir el mundial de Brasil. Cuenta que tenía unas 48 horas de grabación del viaje de la Antártida y con este material pensó que tenía la excusa para hacer el proyecto y el libro, por lo que se inscribió a la beca y empezó a desgrabar todo el material. Volvió a entrevistar a algunas personas que había conocido en la Antártida y todo ello le dio un gran impulso.
Sobre la figura del escritor Michael Jacobs comenta que «en estos días que he estado acá, me he ido interiorizando, en Argentina había buscado libros de él, pero no los encontré, me compré ‘La fábrica de la luz’ y de Madrid me fui a Rusia, allí comencé a leer el libro y a sumergirme en el Frailes de Jacobs y de Manolo ‘El Sereno’ y en realidad desde Buenos Aires me interesé por el último libro de Jacobs sobre Colombia, me lo compró una amiga pero aún no lo he recibido. Cuando llegué acá, es difícil estar en Frailes y no ir conociendo la historia de Michael Jacobs, pues con cada una de las personas que he hablado, me ha contado una historia y me han dicho como era y en muchas de las anécdotas que fui escuchando, aparecía Michael, después conocí a su mujer, Jackie Rae, y a muchos de sus amigos  y me fui dando cuenta de que Jacobs es parte de la historia de Frailes. En principio, por lo que leí, que era un gran escritor que contaba historias de una manera muy divertida pero a la vez sincera y da una visión de la vida de Frailes en esa época y luego cuando fui hablando con la gente, me fui dando cuenta de que fue una persona muy solidaria que sabía tener muchos amigos, con un gran carisma y que sabía empatizar con muchas personas y en la Antártida una de las personas que entrevisté me había dicho que una persona muere cuando nadie se acuerda de ella y acá en Frailes lo que descubrí es que toda la gente habla de Michael Jacobs en presente y es como si siguiera vivo y siguiera estando aquí entre nosotros».

Sobre su libro de la Antártida manifiesta que lo dividió en tres partes, así la primera y la tercera es como un diario de viaje donde cuenta las impresiones que fue teniendo mientras estaba allí, pero añade que en la base Carliño que es la base más científica de la Argentina hay 18 militares que viven todo el año y en verano se le suman unos 50 más. Fue entrevistándolos a casi todos y se propuso contar como era la dinámica de la base y el estudio científico que hacen los militares y fue sacando algunas historias. Además, dice que allí quedó atrapado, porque fue por diez dias y llegó un momento en que no sabía cuando podría salir de allí. Repite que es muy fácil aislarse allí y aconseja que en la Antártida hay que abrirse a los demás, pues los espacios son muy reducidos y es malo estar solo. «Allí, era difícil estar solo, erámos 80 personas en espacios muy chicos pero cuando estaba solo, sentía una especie de incertidumbre que se transformaba en angustia y por ello comencé a buscar gente y allí se genera algo especial con las personas, como cuando se está en la guerra que es una de las maneras que hay para sobrevivir. Por más que hay peleas o gente que no gusta, todo el mundo hace una piña para fortalecer la unidad entre todos, lo que sentí, es como si hubiera entrado en un ecosistema y tenía que andar con mucha cautela para confraternizar con todos». 
Federico Bianchini se está empapando de lo que está observando por aquí. Le ha gustado la calidez de estas gentes, la comida, la tranquilidad que se respira y seguro que volverá, porque ha encontrado a gentes que le han enseñado esta forma que hay de vivir aquí.
De aquí, de Frailes y la comarca dijo que lo que más le había impactado eran los paisajes. «Esa especie de campo dorado y moteado por los olivos de forma casi geométrica, eso me ha intrigado, es  como si fuese un diagrama matemático y luego la calidez de la gente, la solidaridad, como que se nota y que Jacobs escribe, cuando cuenta que no podía entender ir a un lugar y no tenia para pagar y le decía, bueno no importa, paga después y otro le llevaba tomates y él decía, pero bueno me van a llenar la casa de cosas y que iba al banco a cambiar plata. Es un poco eso, que hay un cuidado por el otro y una especie de sentimiento de que la otra persona esté bien y de que se sienta cómodo que es muy agradable».
También opinó que los días que ha ido pasando por aquí han sido muy agradables, «la verdad es que pienso que es uno de los lugares más entrañables que he conocido y antes de irse uno, tiene gana de volver, de hecho me voy a quedar unos días más y me ofrecen casas para quedarme y me siento tan a gusto, que me dan ganas de estar aquí».
También, añadió que «hay que tratar de tener tiempo para poder disfrutar las cosas que uno le gusta hacer y entre ellas estar con mi esposa, con mis amigos, poder leer, poder escribir, poder compartir con mi familia, ir a nadar, correr y también estoy escribiendo una novela pero ahora la tengo aparcada».
Federico Bianchini está encantado de haber venido a la Sierra Sur y conocer el Frailes de Michael Jacobs y Manolo el Sereno. Ha visitado la fortaleza de la Mota y se le ve que es una persona viva que se interesa por lo esencial. Es una persona alegre y positiva y seguro que como escritor tendrá ocasión de dar a la luz nuevos escritos y crónicas para decir que la vida es importante y vale la pena estar aquí.

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